Si de una cosa estoy seguro, es de que nadie aprende escuchando lo que otro tiene que decir. hay que mostrar las cosas para que cada uno haga sus conexiones. Si le digo a alguien que sea amable y tolerante, y que abra su mente, si le digo al político que de verdad mire por su país, si le digo al mundo que cuide la Tierra, si le digo al guerrero que deje las armas, si digo los países unión... esas palabras se marchitarán y morirán en el mismo momento en el que las digo, y sobre todo, mucho antes de haber surtido efecto, lo cual es un desperdicio. Por eso, toda persona debe mantener su rumbo de acción y seguir mostrando a la gente importante para él o ella, lo que siente, mostrar a los racistas que todos somos iguales, y sobre todo, mostrar al mundo en general, que todos somos humanos, seamos del Norte o del Sur, del Este o del Oeste, todos hemos nacido en este mundo, y como tal, debemos respetarnos y tratarnos a todos por igual. Pues todos hemos nacido del sexo de nuestros padres, y todo moriremos viendo como se apaga la luz, pues, salimos de un polvo y en polvo nos convertiremos.
Pero incluso las personas que mediante sus obras y sus actos han intentado cambiar este mundo, otras personas, deseosas de poder, les han borrado de la sociedad. Callando sus acciones, sin cambios, su formas de pensar, su idea de Utopía e intento de cumplirla. Se convirtieron rápidamente en carne fresca para los destructores del mundo que visten de traje de chaqueta y dicen defender el mundo, la moral y la humanidad.
La vida, en general es una puta mierda, porque solo importan dos cosas, el dinero, y sobrevivir a costa de los demás. Dios se ha convertido en un mito, pero seguramente tenga forma rectangular o cilíndrica, y se encuentra en las carteras de la gente. En el amor, solo importa uno mismo, ya que si se alejan de uno mismo, los celos surgen, pero uno ha de ser compasivo y compresivo, aunque ningún jorobado se ve su propia joroba. Si alguien quiere cambiar el mundo, el primer paso es admitir los errores, pero el mundo es demasiado grande para las personas que no saben ni por qué hacen las cosas, pero lo más complicado no es que la gente acepte sus errores, y se ponga en camino al cambio. Es que sobreviva a ese camino y llegue a despertar las mentes enredadas en la rutina.
Por mucho hablar, las palabras se las lleva el viento.
