La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Pasado, odio y aceptación.


El odio tiene como esencia el pasado. Cuando superas el odio hacia los demás y lo eliminas por completo de tu corazón, solamente queda asco y aceptación. No obstante si tienes sed de venganza, es que no eliminaste ese odio, pues la venganza tiene como esencia principal el odio hacia los demás. Cuando superas las ganas de vengarte, estás en el camino para superar y eliminar el odio, y cuando por fin eliminas el odio de ti, estás aceptando todo como es. Algunos creen que la aceptación es la eliminación del pasado y dejar de recordar, pero necesitas recordar para tener presente el pasado y así poder aceptarlo, siendo así la aceptación tal y como es. Nunca se olvida nada del todo, por eso somos capaces de aceptar el pasado. Y tras la aceptación, das lugar a la independencia de ese pasado y dejar de vivir en él.



Curiosidad

La curiosidad a menudo nos engaña, pues no sirve para nada, nos hace creer en una posibilidad incierta que puede quebrar nuestra realidad. Y cuando intentamos saciarla, nos ponemos a merced de otros, otros que no siempre son buenas personas, y que pueden querer tanto satisfacer nuestras dudas de buena gana, no ayudar, o directamente jodernos y meternosla doblada cuando estamos con al defensa más baja.
Hay veces que es mejor retener la curiosidad cuando solamente es curiosidad, cuando ya es anhelo y deseo, es un nivel superior que deberás cumplir.

La curiosidad, a menudo nos engaña.


Hay respuestas y metas, que por mucho que queramos en realidad, es una meta errónea, y hasta que no hacemos la pregunta, hasta que no la alcanzamos, hasta que ya no depende de nosotros y pendemos de un hilo sujetado por no muy fiables personas, nos damos cuenta de que no queremos saberla, de que no queríamos alcanzar esa meta, de que únicamente teníamos una curiosidad que para nada va a cambiar nuestra vida. Pese a que creíamos que esa meta, llevaba consigo el premio que tanto anhelábamos  nos damos cuenta de que no es así, nos damos cuenta que ciertamente no va a servir de nada, es más, probablemente estés poniendo en juego aquello que quieres. Y a menudo esas metas, no sólo depende otras personas, si no que esas otras personas podrían actuar también, y entonces te das cuenta que no sirve de nada.

Pues a menudo deseamos y queremos aquello que no sólo no 
deberíamos tener si no que es imposible de conseguir. 
Y entonces nos damos cuenta que no queremos conseguirlo.







Aham.


Dime qué odias, te diré qué amaste. Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Dime en qué has cambiado y te diré en qué sigues igual. Cuando una persona dice que no le importa algo, es que no para de tenerlo presente.

Terminar, no siempre significa perder.


Después de todo, me alegro de haberlo perdido todo, aunque al principio no le veía tan claro, ahora me alegro. Porque, sí, lo perdí, bueno, me lo arrebataron todo y ni siquiera a día de hoy tengo claro el por qué, pero a veces hay que perderlo todo, para ganar lo único importante, a veces las perdidas, hacen que te quites el antifaz que llevas y veas mejor no sólo cómo son las cosas, si no las personas que están a tu lado.  Aunque antes no lo veía así, después de todo y al comparar, me alegro de haber perdido todo lo que hace un tiempo tenía, por qué aunque perdí muchas cosas, gané una única que lo suple a todo.

Si cambias, no se dice, se ve.


Pongamoslo en práctica:
Una locura de vez en cuando, nunca esta de más, y cuanto más locura sea, más te cambiará la vida.
Nunca es tarde para intentarlo y probar cosas que nos dan miedo.¿Qué pasaría si por un día, actuásemos de manera contraría a la que somos?
Los cambios no se dicen, se notan. Decir es querer, ni hacer ni poder.



Juego de pasos.


Todos los juegos tienen turnos, un turno para cada jugador y siempre siguiendo un orden. Cuando te toca, aunque no quieras, te toca, y debes mover ficha, si no mueves, es que no quieres ni jugar, ni ganar, porque te importa una mierda el adversario y el premio, ya que tienes tus prejuicios, tus datos del pasado y por supuesto los comentarios de los demás sobre le juego. Y entonces se notan los tres tipos de personas, por un lado los que dan siempre el primer paso y nunca se cansan, los que esperan el primer paso de otros, esperan y esperan, y se quejan si no los dan, y los que están hartos de ser los pioneros y empiezan a esperar. Y entonces llegas a la conclusión que yo llegué:
Si yo tuve la posibilidad y lo hice, me las apañé para hacerlo porque quería alcanzar esa meta, si yo pude, tú y todos podéis alcanzarla también, si lucháis y únicamente si de verdad queréis conseguirlo. Porque cuando no nos importa algo, cuando nos importa de corazón, que daríamos lo que fuera por conseguirlo, es cuando somos capaces de soportar y luchar lo que haga falta. Pero sólo se demuestra lo que queremos demostrar, aunque queramos una meta, si nos comen la cabeza, o si para alcanzarla, tenemos que tragar orgullo, pasamos y seguimos resguardados en nuestra capa de ego. Si no queremos hacerlo, no podemos esperar que los demás sean adivinos. Cuando quieres algo de verdad, ni buscas excusas ni ellas te impiden luchar. 
Soy de los que si me señalan por algo, demuestro que se equivocan. No se trata de que me importe lo que piensen. Se trata de no ser de esa calaña. Pero ciertamente cuando depende de ti la esperanza es lo último que se pierde. Cuando depende de otros no hay esperanza que valga.
Cuesta creer las palabras. Los actos no tienen lugar dudas.




La valentía de juzgar por el pasado, pero no de juzgarnos.


A menudo, nuestros actos del pasado son corroborados por nuestros actos del presente, pero sin darnos cuenta tenemos tan presente el pasado que siempre juzgamos a los demás, e incluso a nosotros mismos, por los actos pasados, por los actos que una vez realizaron o realizamos que mantenemos vivos en nuestras cabeza.. Siempre, por mucho o poco, siempre dejamos ver nuestros sentimientos, agrados y desagrados, y con las heridas de las guerras pasadas, no iba a ser menos, pues los antecedentes siempre estarán ahí digamos lo que digamos, hagamos lo que hagamos. Por mucho que queramos evitarlo, a la hora de las decisiones, las heridas del pasado se hacen notar.
Siempre recordamos del pasado lo que nos conviene. 
Pero nunca tenemos los cojones de mirar atrás y tener en cuenta todo.  

Responsables de las palabras.



- Si decimos unas palabras, es porque tienen un significado y una intención. No las decimos para luego no hacernos responsables.
- Porque todo se dice por algo o por alguien, directa o indirectamente.
- A eso me refería  Pero después están aquellos que hablan, dicen y prometen  y cuando deben cumplir, olvidan las palabras.
- Gente que directamente hablan por hablar sin importar a quien o quienes hacen daño
- Eso ya es otro mundo. El de los prejuicios y comentarios. Yo sólo me refería a palabras de promesa que caen en el olvido.

Las palabras que decimos, las promesas que prometemos.
Son únicamente responsabilidad nuestra, y cumplirlas,
únicamente está en nuestra mano, y no en la de otros.
Si no vas a cumplir lo que prometes, mejor trágate las palabras.