La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

domingo, 22 de junio de 2014

Siempre ocurre lo mismo aunque no nos demos cuenta, siempre hay un mismo patrón y no tenemos las narices de verlo y mucho menos de pararlo. Hoy, con tanta vuelta a la cabeza, y con más sucesos pues exploté.
Me encanta ese grupo de personas que únicamente se lavan las manos y luego se quejan. No hacen nada, no ayudan, no luchan, no ponen su voz, no ponen su voto, y luego, cuando nada sale como querían, A QUEJARSE. Me encanta de verdad. (Nótese la ironía bastante descarada)
Y así nos va en todo, da igual lo que sea, sociedad, política, economía, en el día a día. En todo. Ni tiramos la piedra, ni escondemos la mano, simplemente depositamos nuestra confianza en la gente que ni siquiera estamos seguros que van a defendernos como queremos, y cuando no es así, quejas, quejas y más quejas, y así no vamos a ningún lado. La única persona que puede defender los intereses, los gustos, y el afán de cada uno, es uno mismo y nadie más. Y aunque sé que no va a servir de nada pues tan sólo soy un chiquillo al que nadie le hace caso, me gustaría que aunque fuese por un minuto, la gente tomase constancia de que para conseguir algo, hay que lucharlo, quejarse cuando no ha salido a gusto no es una solución ni desemboca en nada bueno.
He dicho.