La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

sábado, 3 de marzo de 2012

El amor.

Hoy es distinto, hoy quiero dejar las frases cortas, quiero decirlo a lo grande que se grave. Quiero decirlo mil veces para creérmelo, que te lo creas lo difundas y la gente se lo crea. Quiero decir como yo lo veo, como lo siento, como me salí de sus entrañas y sus tretas para poder observarlo desde fuera, verlo como verdaderamente es, puesto que nunca se comprende algo hasta que no lo ves desde el punto de vista que no te coloca en el centro del meollo.
Todo lo que ocurrió en el día de ayer me hizo reflexionar. No es algo que me pasará a mi, ni es algo que me afectara mucho. Por eso mismo, lo veía todo desde fuera, y entonces comprendí como fui yo en mis tiempos. En un intento de ayudar a los demás, me dí cuenta de lo que me faltó, de lo que yo tendría que haber hecho, de cómo verdaderamente tendría que haber actuado, pero aún así, eso me ayudo a ser lo que soy ahora.
El amor, tiene muchos puntos de vista y todos ellos distintos de entender, de comprender, de ver y sobre todo, conllevan una actuación muy distintas. Pero siempre hay que tener claro una cosa. Quién es la persona que está ahí en tu corazón. A fin de cuentas es tu corazón, por lo que siendo personas racionales no deberíamos permitir que cualquiera entrase ahí, y lo digo por propia experiencia. Pero a pesar de eso, siempre acabará todo igual. Antes o después, pasarán por delante los reproches, las mierdas, las quejas, los celos, el orgullo y la rabia. Todo mezclado creando una bola sentimental que puede estallar en cualquier momento. Seguro que todos lo han sentido alguna vez en su vida. Y hay montones de formas de que esto ocurra, con más orgullo, menos orgullo, más o menos reproches, más mierdas en cara, lágrimas, rabia y cabreo. Las mentiras, los puntos de vista en las distintas situaciones, etcétera etcétera.
Y entonces tarde o temprano salen los sentimientos escondidos tras el caparazón de la discusión. Esos sentimientos que de verdad hay que controlar, pues no siempre vale la pena luchar por una persona que no te merece. Y aunque parezca mentira, yo voy a decir esto: Hay que tener cuidado con quien pretendes andar, si ya sabes de qué pie cojea. Puesto que tú podrías sucumbir y convertirte en su perrito faldero para siempre. Pero ahí es donde entran los sentimientos. Porque a fin de cuentas, amas a esa persona y lo darías todo por él/ella, incluso olvidarías lo que ha pasado, y le perdonarías. Llegarías incluso a cambiar, a traicionar a tus amigos, a tus compañeros. Llegarías hasta tal punto de sacrificar todo tu ser por una persona. En algunos casos, aunque desde hace tiempo lo dudo, podría ser lo correcto puesto que puede que sea una persona perfecta que te trata divinamente, y te lo da todo. Pero en otros casos, esa persona no es así, es más que nada todo lo contrario, te maneja y te manipula, y tú te arrastras por ella. Y entonces pierdes todo para adentrarte en un mundo de dolor puesto que estarás a su merced. Es por eso que en uno mismo está la elección. Y cuando se sabe que la persona no merece la pena, hay que tener los cojones u ovarios, para hacer lo que es debido por bienestar propio.
Porque la persona perfecta para uno/a no se encuentra rápidamente. Hay que tener suerte para encontrarla rápido. Unos la encuentran, otros no. Pero aquella persona que no es capaz de mostrar los sentimientos de verdad, y admitir cómo es de verdad, no merece el corazón de una persona sincera.
Dime con quién andas y te diré quien eres
Dime con quién andaste, y te diré lo que pasaste
Dime por qué luchas, y te diré tu locura.



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