La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

jueves, 4 de junio de 2015

Darwinistas.

Conforme avanzamos confirmamos la teoría de Darwin, somos cambios, somos adaptación. No solo a la gran escala de una especie, sino también dentro de nosotros, como personas individuales. Constantemente nos adaptamos a lo que el futuro nos pone en el presente, en el ahora, delante. Para bien o para mal, no tenemos más remedio que adaptarnos al cambio.
Hoy es uno de esos días, donde miro en el pasado para escribir en el presente y tratar de ver designios del futuro en las palabras que escribo. Cada persona es un sílex, una piedra en bruto que continuamente se va moldeando, se va tallando hasta formar auténticas puntas de sílex, auténticos cuchillos que corta la vida en la que fluyen, donde los impulsos vitales son los avances, son los golpes que nos moldean, siendo lo que somos.
Hay palabras detrás de las palabras que cada escritor escribe, como intención detrás de cada bala disparada. Unas avanzan en el aire sin dar en el blanco, otras llegan directo al blanco. Pero hoy simplemente lanzo misiles al unisono para dar a blancos aleatorios, bombas que no todas las personas captan, bombas encriptadas donde mi Kriptonita dejo fluir, bombas cuya explosión no todos son capaces de asimilar, pero si lo asimilas date cuenta de una cosa. Son todo Miseros Segundos porque el Segundo de ahora ya es un Misero recuerdo.

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