Esas veces que tienes a tu objetivo en el punto de mira. El dedo en el gatillo, la cruz de la mirilla está muy clara en el pecho, el corazón, un disparo rápido y doloroso como los que tú has sufrido. Y dios.. que ganas de apretar el gatillo. Pero no es lo mismo disparar a palo seco, que por una razón reciente. No sé si llegará o no, pero algún día habrá que disparar.
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