Incluso mirar te puede costar la misma vida
¿quién sanará esta profunda herida? que
en este mundo se maquina y que
con el camino de millones de personas termina, en
un abrir y cerrar de ojos.
Los mandamases no sienten el despojo del orgullo
ni tienen que salir por patas del tumulto y los barullos
de las calles, ello solo ven su nariz
solo creen en su final feliz
mientras la vida de los demás se cobran.
Destrozan la vida de aquellos que crean en su obra.
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