La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

domingo, 20 de abril de 2014

Una reflexión ambigua de los cambios que cambian.


Es curioso como cambia la vida, las personas que nos rodean, y nosotros mismos. Da igual el motivo, da igual el tiempo, da igual todo, llega un momento en nuestra vida en el que te das cuenta que todo es completamente diferente de cómo era. Diferente a mejor. Diferente a peor, o simplemente diferente con ningún efecto.
Lo he escrito tantas veces, lo he intentado decir, tantísimas veces ese cambio, el cambio, un misero segundo, o varios días, meses e incluso años, he dicho tantas cosas y todas tan iguales por fuera seguramente, pero realmente tan diferentes por dentro, en mi, diferentes ya que el punto de vista lo cambia todo, y unas mismas palabras pueden tener significados diferentes para quien las dice y para quien las lee.
Y antes de que nos demos cuenta, tarde o temprano hemos cambiado. Y ya nada es lo mismo. Hemos salido del campo, amplio o reducido, que suponía nuestro punto de vista, para ver la vida, los sucesos, o simplemente lo que pensamos y/o decimos de una manera totalmente nueva.

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