Todo se apaga, como una luz absoluta sobre tu vida. Esa así, es ley de vida, porque si hay algo seguro es la muerte, tras nacer, el tic tac de esta bomba comienza, mejor correr y vivir antes que perder la vida y no darte cuenta.
De chico no le daba valor a la frase ''el tiempo escapa'' pero el destino quiso abrirme los ojos mientras se cerraban los de una persona. Lejana pero a la vez cercana. El mundo la abandonó. Sin ninguna razón, la muerte la acogió en su manto, y aún en mi cabeza tengo esa imagen, mi amiga, con la que había compartido días y días, años y años, en el colegio. Risas, deberes, estudios, la vida de los chavales de entre 5 y 12 años.
Se la llevaron, dejando una imagen en mi cabeza. Esa imagen de un ser muerto inerte. Pero más clavado ya que era una niña de tan solo 13 años. No hizo nada para merecer ese destino, pero así fue, y eso es lo único que no se puede cambiar, la muerte. El destino es tuyo y puedes vivirlo como quieras, pensándote los actos o viviendo sin parar. Seguía mi vida, y aún así no lo veía claro, pero poco a poco me conciencié de lo que es la vida y de lo que es la muerte, de qué se va y qué viene. Así por suerte, o destino, acabe escuchando Nach. ''Siente siente, tu que sigues vivo'' Esa frase me cambio la vida. Porque entre el suelo y el cielo, hay algo, somos nosotros, nuestros sentimientos, deseos y odios.
Abrí los ojos y desde entonces aún recuerdo esa imagen en mi cabeza y esa frase. Es muy triste que la gente tenga que morir para que otros se den cuenta de lo que es la vida. Pero yo me di cuenta a tiempo, y pienso aprovechar la vida, porque el mundo es mío.
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