La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

martes, 6 de agosto de 2013

Cosas de la vida.

De qué sirve tener, si cuanto más tenemos más tenemos que perder.De qué sirve ser, si mañana seré fuí como ayer ya fuí seré.De qué sirve volver, si el pasado no ha cambiado desde la última vez.De qué sirve aprender, si aprendimos a olvidar poco después de nacer.

Conforme va pasando la vida, y van tachándose acontecimientos vividos en la lista de mi destino, me doy cuenta de varias cosas, necesarias para vivir cerca de la felicidad y la perfección. Y es mejor tener poco de todo, y con cierto conformismo aspirar sin ser el cuento de la lechera, porque si la vida te puede quitar cosas no le temblará el pulso.
Fuimos, somos y seremos, nuestra esencia jamás cambiará, cuando queramos ser distintos, es cuando saldrá más de nosotros mismos y que cuando queramos que salga nuestro orgullo, solamente saldrá nuestro brazo para que lo tuerzan.
Que el pasado es como es, y pese a que se graba y se recuerda como si un sueño fuera, por mucho que lo recuerdes, hoy o mañana, el ayer siempre será ayer, y lo que ocurrió es así y no lo puedes cambiar. Quizás arreglarlo, quizás empeorarlo. Pero lo que hiciste ya está grabado tanto en tu memoria, como en la memoria de aquellos que te juzgarán usando esos sucesos como pruebas para su veredicto. 
Aprendemos y aprendemos, pero la mejor lección la aprendemos de chico, cuando olvidamos por primera vez, estamos aprendiendo que por mucho que maduremos, que cambiemos y que aprendamos y creamos saber de la vida, siempre llegará un momento en el que la mente olvida y deja su uso al corazón para caer en los mismos baches o en las mismas montañas.

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