La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

domingo, 4 de mayo de 2014

Palabras.

Llámenme materialista y desconfiado, pero para mi las palabras no tienen valor alguno hasta que están demostradas. Da igual lo que digas, da igual lo que pienses, da igual lo que escribas. Da igual lo que yo escriba entre tanta entrada y tanta libreta. Si no yo, ni tú, ni los demás, fundamentamos y corroboramos nuestras palabras con fundamento, con actos, con justificación, a fin de cuentas, si no demostramos que nuestras palabras expresan algo más que entretenimiento al lector y que tienen realidad y que sirven para algo, nuestras palabras se quedarán en simples palabras que pasarán a ser polvo en el olvido.
Las palabras hieren, dañan y duelen. Las palabras alegran, hacen reír y animan. Pero las palabras que no vienen acompañadas de actos y demostración y justificación de las mismas, son palabras y no son reales.

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