La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

viernes, 6 de agosto de 2021

Lo demás no importa.

Y aquí estamos, en el cuarto Tratado entre la Mente y el Corazón, parece que esta vez la razón juega bien sus cartas, mi corazón siente tanto que incluso se atasca mientras los sentimientos salen a borbotones.
Una red de sentimientos que conecta con cada sentido, y cada sentido que se estimula es un sin fin de sentimientos, aunque solo sea el simple contacto con su piel. Siempre me he considerado fiel seguidor de la secta de mi corazón, las cosas van evolucionando, la vida sigue y las entidades van cambiando, pero esta vez siento que algo es diferente.
Me siento orgulloso de todas las personas que he metido en mi vida, me lamento cuando las perdí por que solo había una salida, pero esto eclipsa todo eso y más, es increíble como su sonrisa, un parpadeo de sus ojos, una mejilla sonrojada.
Un solo acto, un solo pestañeo, un solo parpadeo puede eclipsar y hacerte olvidar toda una vida. No importa ni el ayer ni el mañana, ni siquiera el hoy. Solo el ahora. 

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