Las metas grandes asustan a las mentes pequeñas. Pues el mayor obstáculo que puedes encontrar para lograr un objetivo eres tú mismo, al igual que la mayor ayuda que puedes hallar, está dentro de ti, en la alianza entre cojones mente y corazón. Si lo decides, puedes. Si lo quieres, hazlo. Si lo pierdes, no te arrepientas si lo diste todo y aún así no conseguiste alcanzarlo. Porque en el momento en el que te mueves y luchas por tu destino, ya estás siendo más fuerte que la mayoría de la población que ni siquiera lo intenta.
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