Lo peor de todo (estoy experimentando todo esto ahora mismo) cuando te das cuenta de que son imaginaciones tuyas, sale a la luz la forma de ser de cada uno; algunos sacan orgullo y pasan, otros siguen a la espera, y otros se aferran más fuerte al clavo. Y si el ser humano se tropieza dos veces con la misma piedra, yo creo que soy de las personas que ven una piedra y se tiran directamente.
Y así es, llegados a este punto en el que la imaginación te juega la mala pasada, el momento que la verdad y la realidad te rompe la burbuja de imaginación y de sueños que probablemente ni te habías planteado querer, pero que me siento cómodo al tenerlo ahí, en ese momento es donde me aferro aún más al clavo, y vuelves a tirar de la cuerda, vuelvo a la intensidad que me define.
Pero hoy he dicho basta, se acabó, hoy he dicho que no voy a hacerlo así, hoy me estoy resistiendo a ese impulso que me define, hoy me estoy aferrando con fuerzas no conocidas y raramente usadas, al orgullo, a no caer y a pasar página.
Un parte de mí dice: bah, intentalo, hazlo, sigue. Otra dice: Ni se te ocurra, te reviento.
Y mientras ambas partes se pelean yo solo tengo la esperanza de que pase el tiempo y pueda tener la mente más ocupada o el cuerpo más cansado para no caer en esta disyuntiva.
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