La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Hoy es la excepción

Soy de los que siempre piensan que la base del éxito es la constancia. Que el arma más fuerte del ser humano no es la que se dispara más rápido ni la más afilada o aguda. Siempre he pensado que hay que luchar por lo que queremos, por lo que vemos correcto, pero sobre todo por lo que deseamos tener, a toda costa, pues si es lo que queremos de corazón no puede ser otra cosa que bueno.
Pero hoy es distinto. Para algunos puede ser absurdo e incluso puedo resultar ser patético. Para otros un ejemplo a seguir, y eso es lo que me gustaría. Pero hoy es uno de esos días en los que toco techo. Seguramente mañana lo rompa, y con más fuerza que ayer, y menos que pasado, pero hoy no.
No sé si es la música. No sé si es el tiempo y el incesante viento gélido. No sé si es la espera que desespera, o el mono que de mi se apodera. No sé si es por que no salen los versos, o que no cargan las descargas, no sé si es que la comida perdió el sabor o no comí lo suficiente como para mi satisfacción. Pero hoy siento que no puedo conseguirlo. Las palabras no salen y para colmo se olvidan y se desvanecen en la punta de mi pluma.
Soy de los que opinan que hay que vivir cada momento al máximo para exprimir al 100% la vida. Pero a la batidora se le acabaron las pilas. No estoy rayado, no me siento para nada mal, solo que el techo bajó o yo crecí demasiado.

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