La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Uno de cada tantísimos.

Me acabo de dar cuenta esta misma noche hace tan solo un par de minutos que soy bastante imbécil. Por suerte o por desgracia, tengo la capacidad de confiar demasiado en la madurez humana, en la sensatez y justicia. Para unos una virtud, para otros una maldición. Yo lo denomino pesadilla. Incluso mis padres me lo decían de chico, que era demasiado bueno pese a las maldades que hacían contra mi. y por mucho que me diga a mi mismo que no volveré a confiar, que no volveré a dar mi brazo a torcer, y que no volveré a mirar por los demás antes que por mi. Al final.. lo acabo haciendo, y al final tras cogerme el brazo entero y parte del otro, me tuercen ambos .

Aún quedan gilipollas que creen en esperanzas perdidas.

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