Me acabo de dar cuenta esta misma noche hace tan solo un par de minutos que soy bastante imbécil. Por suerte o por desgracia, tengo la capacidad de confiar demasiado en la madurez humana, en la sensatez y justicia. Para unos una virtud, para otros una maldición. Yo lo denomino pesadilla. Incluso mis padres me lo decían de chico, que era demasiado bueno pese a las maldades que hacían contra mi. y por mucho que me diga a mi mismo que no volveré a confiar, que no volveré a dar mi brazo a torcer, y que no volveré a mirar por los demás antes que por mi. Al final.. lo acabo haciendo, y al final tras cogerme el brazo entero y parte del otro, me tuercen ambos .
Aún quedan gilipollas que creen en esperanzas perdidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario