La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Always

Aún lo recuerdo, aún lo siento, aún se me acelera el corazón y siento cosquilleo en mi estómago. Es muy típico lo de mariposas, pero es así, un hormigueo. Los pelos de punta, los ojos brillantes en las oscuridad, poco a poco rompe la canción, poco a poco se acelera más y más, poco a poco va todo más lentos, los segundos es convierten en eternidad. La oscuridad hace sentir que todo desaparece, y así es, ya que nada más importa, ya que nada más tiene sentido, ya que solo las dos siluetas tienen vida en este acontecimiento, dos siluetas únicas, destinadas, desde la guardería. Inconscientes, pero sintiendo. 
Todo deja de tener sentido, todo se desmadra, todo va por el camino que deseábamos pero que no esperábamos que ocurriera, o al menos no tan pronto. Respiraciones cruzadas, latidos al unisono. La luz sobre el tapiz verde, pierde su fuerza para nosotros, las bolas resplandecientes y sobrantes sobre la mesa también.
Un trato atrevido de por medio, que ninguno creíamos que tomaría ese camino. Así fue. Así ocurrió, así fue como mi vida cambió. Negra al hoyo, se acelera el corazón y se contrae la retina. Mirada cómplice, pero sin querer aceptarlo, ibas a pasar, y no lo veías, no lo esperabas. Cogida por la muñeca, y atraída.
Ocurrió.
Mi corazón por completo te quedaste. 
Una de entre tantas situaciones, concretamente la segunda.
Pero gravada en mi corazón para toda la eternidad, junto con tu nombre.

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