La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Ciclo finito

Estamos muriendo en cada instante. Es una cuenta atrás continua, y como seres imbéciles que somos no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Cuando niños estamos deseando continuamente crecer, para conducir, no tener que estudiar, tener novia, follar, irte de casa, perder la inocencia y ser independiente. Cuando crecemos y somos adultos detestamos todo eso, queriendo cambiarlo por juguetes, cromos, caramelos y sonrisas inocentes. Volvemos a desear ser unos críos y evadirnos de la puta y cruda realidad. Tenemos lo que queríamos, y entonces queremos más y más olvidando el valor de lo que tenemos y cuando lo perdemos, no podemos vivir sin ello.
Vivimos como si nunca fuesemos a morir, como si la muerte solamente fuera algo lejano que nunca llegará, o que si llega, será dentro de mucho tiempo, así que vivimos despacio, analizando, y controlandolo todo, sin dar rienda suelta a nuestros deseos, sin disfrutar. Y cuando nos llega, cuando nos toca dejar de vivir, queremos vivirlo todo, queremos aprovechar lo que no pudimos, y entonces morimos con ese sabor amargo, como si nunca hubiéramos vivido.
Quien no valora lo que tiene algún día se lamentará de haberlo perdido, incluso la vida.

Nunca arruines tu presente, por un pasado que jamás tendré futuro. Pues importa el hoy, y no el mañana de ayer.

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