La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Razón Suficiente.

Según el filósofo Leibniz, nada ocurre sin razón suficiente, es decir, que todas las cosas suceden por alguna razón suficiente que explica la causa de este suceso, que todo lo que ocurre tiene un porque suficiente. Pero esto solo se puede aplicar a las cosas que son algo, no es característico de las cosas abstractas como los sentimientos. Porque no hay ni un solo porque que responda a cada uno de los por qués de mi cabeza. Yo no aspiro a explicar cada una de las cosas de mi cabeza, ni trato de explicar y dar respuesta a las cosas que tienen sentido tras haberlo buscado, no lucho por una respuesta acertada, por una razón suficiente, si veo que la pregunta, o la lucha son absurdas. Pero, es que no me explico por qué tal porque tan absurdo en una situación infantil. No pretendo llamar inmaduro o infantil a nadie, aunque algunos se lo merezcan, ya que no soy precisamente muy centrado y maduro, pero por encima de toda madurez está la lógica y la justicia, y ni siquiera un motivo acorde y acertado para esta situación, ni tan siquiera una razón verdadera recibí, y eso mucho de las personas.

Pero aún así, luché sin lógica por dos cosas. Primera escuchar la razón auténtica y suficiente que justamente merecía, y que me parece, tras haber escuchado diferentes anécdotas, recordar momentos y atender a reflexiones, me parece que carezco de esa información, sinceramente me hace dudar al 95% de que sí existe una razón verdadera y suficiente detrás de todo y por algún motivo que desconozco, también desconozco esa razón. Y segundo, luché contra la rabia, para llegar a la coherencia y a la sensatez, y tampoco es que yo sea muy sensato, pero no hay que ser muy avispado para ver y comprender tantas palabras que dije y tantos sentimientos como mostré. Y aún así, hay bastantes incógnitas en esta ecuación, que hacen de un juego de niños si se conocen todas, un problema sin entendimiento cuando se desconocen tantas verdades escondidas tras la mentira. Y lo que me toca las narices es que ahora, me empiezo a dar cuenta de que mi vida fue una mentira tras otra, no mentiras gordas, pero ¿quién me dice que ya no hay mentiras y que lo sé todo? Pero lo graciosos, es que sé que aún hay cosas ocultas, pero me da igual, como dice el refrán agua pasada, no mueve el molino. Y sé, y supe en su momento, que a mi, podrán mentirme, pero que la propia conciencia, el propio corazón y los correspondientes sentimientos, son imposibles de engañar, aun que se oculten tras la rabia o el más duro hormigón.

Paso de lo que pasó, así de simple. Hace tiempo, decidí romper por completo todos los lazos quebrados que me ataban al pasado. Ahora vivo en el presente, y en un futuro, acompañado de una interminable luz.

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