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No sé si el tiempo juega a favor o en contra. No sé de qué lado está. Ni siquiera sé si se inclina hacia algún lado de la balanza favoreciendo a alguno.
Pero lo que sé y me encanta saberlo, es que solamente quedan tres días. Apenas 72 horas, casi nada ya que casi la mitad se va en horas de sueño, y un cuarto en horas de atención rutinaria pero pensando sieempre en ti. Y el resto del tiempo, no pensando, si no imaginándote, añorándote, y deseándote con cada parte de mi ser, de mi interior, queriendo tenerte cerca y pegada a mi con todo mi corazón. Con todo mi amor con todo mi ser te añoro, te necesito y sobre todo, deseo que no te separes de mi nunca jamás.
Y mi mayor deseo no contiene riquezas, no contiene poder, ni fama, ya que todo eso se puede alcanzar. Mi mayor deseo es, y aunque también se puede alcanzar, es lo que más desea mi corazón desde ahora y desde que te conozco, y es por supuesto poder estar contigo para toda la eternidad. Compartir juntos cada instante, cada misero segundo, que gracias a ti, dejaron de ser miseros hace ya bastante tiempo, casi dos años y pico. No obastante serían miseros ya que en comparación con lo que quiero vivir junto a ti, es más bien EXTREMADAMENTE POCO. Ya que hasta toda mi vida y toda la Eternidad me parece un misero instante para compartir mi vida contigo y con la tuya.
Cerca o lejos. Juntos o separados. Felices o tristes. Enamorados o Enfadados. Bromistas o serios. Da igual cómo estén las circunstancias. Hay una constante que siempre está presente, y lo estará siempre. Y es lo que mi corazón siente por ti.