Siempre me ha gustado que me digan como soy. Sinceramente, y no lo sé, la verdad es que no sé. Pero me gusta saber qué piensan de mi. No para cambiar, ni para adecuarme a las exigencias y gusto de los demás. Si no para contrastar cómo me veo yo y cómo me ven los demás, y comparar las similitudes y diferencias de una misma actitud.
Y sinceramente me hace gracia aquellos que creen conocerme y ni se acercan en la descripción, pero sobre todo los que yo creo que no me conocen y aciertan en todo.
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