La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

jueves, 13 de diciembre de 2012

8*

Los días pasan mientras los sentimientos siguen creciendo, se van multiplicando sucesivamente sin parar. Así es nuestra historia, así defino todo lo que siento por ti, como una gráfica que crece y crece, sin intervalos, sin decrecimientos, sin saltos finitos o infinitos. Solamente creciendo continuamente con una perpendicularidad eterna, y con pequeños saltos que se me antojan cada vez que paso un momento inolvidable junto a ti, es decir, siempre que te tengo, siempre que puedo estar contigo.
Desearía que fueran más, que eso momentos juntos no se pudieran contar con ni con mis dedos ni con los tuyos, ni siquiera juntos. Deseo que sea así, deseo que un momento empiece en el ''Ya'' en el que nos vemos, en el que nos reencontramos, volvemos a vernos, y para variar un beso-abrazo de reencuentro. Pero más que ese reencuentro, lo que mi corazón anhela de verdad y desea en todo momento es que ese momento no termine nunca jamás. Que sea para toda la eternidad, que como nuestra relación tenga principio pero no tenga fin, que ni por antojos del destino, ni por desdichas de nuestros caminos, ni tan siquiera por el azar, termine ese momento.
El tic tac, esta vez es pesado pero menos que otras veces, ya que cada tic y cada tac que transcurre, es un tachado en el calendario, es un segundo menos, un minuto, una hora, un día... una semana y un día. Quiero tacharlo ya. Quiero que estos ocho días lleguen ya a la cuenta de 0.
En un pasado solo era otro ser más.
En un pasado más cercano, fuiste progresivamente más de lo que los demás intentaban ser.
Hoy, eres todo lo mejor que me ha pasado. Porque eres mi todo, y porque, por supuesto, eres lo mejor que me ha pasado.
Mañana, no sé qué me deparará el mañana. Pero haré todo lo posible porque empiece por estar junto a ti.

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