La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Aptitudes y Actitudes de la vida.

“Si se pudiera proteger a los acantilados de las tormentas, nunca podría admirarse la belleza de sus quebradas”
Elizabet Kübler
Muchas veces hemos sentido que la vida no vale la pena vivirla. En un caso extremo, escuché en la radio a una mujer que decía: “No quiero tener hijos, porque solo se viene a este mundo a sufrir. Y quiero ahorrarles ese sufrimiento. Además hoy en día, tener un hijo es como condenarme a otra hipoteca, y es triste que sea así, pero a fin de cuenta es verdad”.

Pero… ¿Realmente la vida es así? ¿O nosotros la hacemos así?
Lo que realmente te hace sufrir, no es la vida en sí… son tus expectativas respecto a cómo debería ser el mundo o cómo debería actuar tal persona.
Por ejemplo, cuando te enojas con tu pareja porque no llegó a tiempo o no te expresa su amor como a ti te gustaría que lo hiciera. Entonces, lo que te daña no es tu pareja… son tus pensamientos y emociones con respecto a como debería actuar tu pareja, de acuerdo a la etiqueta del hombre o mujer perfecto que tienes.
Si sufres porque la vida es cruel… es porque tienes un concepto equivocado de lo que realmente es. Crees que en la vida todo debería ser felicidad.

La vida no es difícil ni dura. La vida no es un nacer para sufrir, sufrir y sufrir. Nuestro destino no es únicamente dolor y sufrimiento. Es nuestra presencia, nuestra actitud, nuestro papel el que la convierte en un sufrimiento, quizás duradero durante el intervalo de vida, o solamente a pequeños intervalos de vida. Pero esa es la verdad. Nosotros mismos, con nuestra actitud, nuestra forma de ver las cosas y sobre todo, con nuestra forma de tomarnos las cosas que nos pasan y la forma en la que aceptamos e interactuamos con lo que nos rodea, es lo que hace placentera, única, feliz o asquerosa e insoportablemente difícil la vida. Y es nuestra la decisión de cómo de buena o mala es la vida.

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