La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

viernes, 14 de diciembre de 2012

La cuenta se reduce a siete.


Ya queda mucho menos. Y la verdad dependiendo de la parte del día, parece que va más rápido o más lento. Ya que a lo largo del día parece interminable cada instante que me acerca más a ti. Y sin embargo ahora, estoy aquí, igual que ayer, volviendo a escribir, volviendo a añorarte de manera descontrolada. Cada segundo del día no es más que una razón más para acordarme de ti, para echarte en falta a través de todo, pues todo lo que me rodea, todo lo que me ocurre, todo lo que transcurre en mi vida me recuerda a ti. Y sobre todo me trae a la mente, todo lo que podría ser, y sobre todo lo diferente que sería si tu estuvieras conmigo. 
En el autobús, en el despertar, en el anochecer, en el almuerzo, la cena y el desayuno. En todo momento, querría tenerte conmigo.
La cuenta atrás poco a poco se reduce, y según el punto de vista parece que queda mucho o poco, o que está pasando extremadamente lento, o extremadamente rápido. No obstante aquí sigo, deseando volver a estar contigo. Y por mucho tiempo que pase, y sin importar todo lo que acontezca. Seguiré añorándote, seguiré echándote en falta, seguiré deseando estar contigo. Da igual lo que pase, sea bueno o malo, da igual lo que vea, o lo que piense. Lo que siento estará siempre ahí y solo puede ir a más.

Aunque tú estés allí y yo aquí, y vayas donde vayas, mi corazón siempre estará contigo. Pues tú eres la residente y única dueña.

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