Como me cabrean aquellos que van que saben de la vida y actúan respecto a lo que saben, y luego se creen maduros y capaces de todo, que pueden comerse el mundo, que son superiores a todos y que todo está a su merced, para servir. Como su fuesen amos de todo y de todos y no llegan ni a controlar su misera y patética vida. ¡ Madurar no consiste en elegir la botella de alcohol o los tacones para la noche de zorreo!
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