La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Los sueños, el único juego sin experto.

Es increíble como puede ser todo tan completamente opuesto a como esperabas. Como te ilusionas con una cosa u otra, de más o menos importancia en general, pero lo suficientemente importante para ti y tu felicidad. Ese acontecimiento, ya sea, el primer beso, comenzar una relación, conseguir ese aprobado, una noche loca de sexo, grabar tu primera canción o la maqueta que tienes preparada, quedar con la persona que amas... Sea cual sea el acontecimiento, por el cual te has ilusionado pensando en como será, en como te hará sentir, ese acontecimiento por el que has luchado y has sufrido, por el que te has esforzado dando todo lo mejor que tienes, por el que has llorado y has soñado. Estás deseando sentir ese acelerón de sentir que todo ha salido igual o mejor de lo que esperabas, sentirte bien contigo mismo, con tu forma de ser, y dejar la mente reposar tranquila.
Y al final todo te sale al revés. Ese primer beso, se convierte en un ''no eres mi tipo''. Esa relación se convierte en lio de una noche. Ese aprobado se convierte en suspenso fácil. Esa noche loca de sexo, se convierte en ''salido de mierda''. Esa canción o maqueta que quieres grabar, se queda en un simple proyecto en el que detestas tu voz, tus letras y tu flow. Esa salida con la persona que amas, se convierte en una tarde frente al ordenador o a la caja tonta. Y como siempre te ilusionas para nada.... Porque los sueños se pueden conseguir, pero es como intentar correr el agua.... Nadar es fácil, al igual que soñar... pero correr en el agua, es casi imposible, como cumplir esos sueños.
Y aún así, algunas personas tenemos esa cualidad o defecto de no rendirnos, de volver a intentarlo, de no rendirnos por muchas ostias que nos demos, y seguimos creyendo que la base del éxito es la constancia. Puede que lo consigamos, o puede que no, pero una cosa está clara, no podrán decir de nosotros que ni lo intentamos ni que no luchamos por nuestros sueños.

Soñar es un juego donde todos participamos en todo momento, ponemos en juego una parte de nosotros como fianza, y son más las pérdidas que las ganancias, pues es el único juego que no domina el hombre.

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