La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Mentiras hasta en las mentiras.

Así son las mentiras, que forman parte de tu vida, de la mía y de la de todos. Te das cuenta de que las tienes hasta en la sopa, y creyendo que luego todo se olvida, todo sale a la luz, pues se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Quizás con buena o quizás con mala intención. Para no hacer sufrir, para crear incertidumbres, para enseñar y sin que te des cuenta, aprendas, pero no hay forma de vivir mintiendo, y menos vivir en una mentira. Dicen que es la mejor medicina para la vida, que te alimenta de alegría, que ahuyenta a la tristeza, pues vivirás en una mentira, pero feliz. Y acabas viviendo a ciegas con tanta mentira y tanto engaño. Te las cuentan cada día a cada instante, a cada misero segundo, se creen que te ayudan, que te sirven para salir al paso, que nunca contaminan la propia vida y esencia, y que ayudan a vivir, pues la verdad solo provoca dolor.
Sin embargo yo no lo veo, así, yo no veo que sea bueno, que sea sano, que nos aporte una vida tranquila y sin dolor, pues tarde o temprano todo sale a la luz, incluso los más terroríficos y atroces secretos, como los más dulces y santos.
Es preferible una verdad dolorosa que dura un año, que darte cuenta que has estado años engañado y esos años se convierten en dolor.

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