La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

martes, 16 de octubre de 2012

No saber lo que no sé, y saber lo que es conveniente saber.

Hay cosas en esta vida que mejor no saber, porque la impotencia y los dientes largos a veces, jode. Conocer lo que va a pasar, lo que vas a recibir, lo que te pueden dar. Conocer todo el futuro, todo lo que queda por venir, todos los acontecimientos, es saber demasiado, y saber demasiado no es bueno. Si sabemos lo que sabemos, es por algo, no sería conveniente conocer más de lo que en nuestro coco hay. Porque la infinidad de problemas que esto acarrearía, es monumental. Además, ¿Quién puede soportar conocer lo que va a pasar y ser incapaz de hacer algo para remediarlo, para cambiar las cosas? Puede que sean acontecimientos increíbles y perfectos, los cuales estás deseando vivir, pero la magia de la sorpresa y de lo inesperado, se pierde. De la misma forma si lo que está por venir son atrocidades, cambios a mal, acontecimientos que demostrarán que no conoces a las personas, momentos que no quieres vivir, y no tienes el poder de evitarlo, no puedes hacer nada, solo esperar cual cerdo a tu San Martín.

Seguramente todo lo que no sé, me respondería a muchas preguntas, y me ahorraría muchos problemas, pero son más los problemas que me crearía, más dudas, y más preguntas, en definitiva, más avaricia. Si tengo que saber algo, llegará el momento, y si no llega, es por que no es conveniente saberlo.

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