La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

lunes, 7 de enero de 2013

El horizonte lo elegimos nosotros.

Conforme pasa cada instante me doy más cuenta de que mis palabras están fundamentadas, que no hay aun guión escrito que nos determina y delimita nuestro umbral de acción, y de ser así tenemos el poder de cambiarlo, y de tomar las riendas. Es tan simple como ponerse en un valle entre dos montañas, y por supuesto es únicamente nuestra la decisión de qué montaña subiremos.
Es cierto que son muchos los factores que influyen en la elección, altitud, dificultad, luz u oscuridad, etc. Pero quien no se pone metas, no las consigue, y siempre quedará estancado en el valle, pero sobre todo, quiero que perduren las siguientes palabras:
Somos nosotros los que nos encontramos en el valle. Y a fin de cuentas nosotros decidimos cuál es nuestro norte, cuál es nuestro reto y aquello que vamos a escalar. Nadie debería decidir por nosotros y por supuesto, los comentarios deberían obtener un caso omiso.

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