Hay cosas que tarde o temprano se aprenden. Aprendes lo que tienes que hacer tú solo, lo que tienes que hacer en compañía de tu alma gemela, o en compañía de toda una tropa a tus espaldas. Son las distintas guerras de esta vida, y de una forma u otra hay que afrontrarlas. Se nos ponen delante como un abismo descomunal, casi imposible de saltar, pero tú eres el único que tienes las fuerzas, con o sin ayuda, de sobrepasarlo, porque ese abismo se a cruzado en tu camino, y no en el de los demás.
Hay guerras que es necesario luchar con respaldo.
Pero hay otras en las que dos son multitud, así que
tanta gente ya ni os cuento.
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