La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

viernes, 4 de enero de 2013

Palabras.

Si hay algo que intento en mi vida, y lo intento con toda mi fuerza de voluntad, algo que está casi al mismo nivel, o más incluso, que disfrutar de la vida, controlar mis sentimientos, no prejuzgar, y sobre todo, pensar todo en frío y buscar el lado bueno en lo malo, y si no lo ahí, amortiguar el golpe de cualquier forma. Pero creo que hay algo que intento constantemente y casi lo mejor que puedo. Y es que mis palabras no mueran por su ausencia, si no todo lo contrario, que estén presentes, una y otra vez y que se queden lo mejor grabadas posible, que perduren encima de todo. Tanto lo que digo, como lo que prometo, como lo que juro, como lo que digo sin pensar. Como diría mi madre, ''lo llevo a rajatabla''.
Y creo que es una cualidad que muchísimas personas en la faz de la tierra deberían tener en cuenta y convertir en una cualidad personal. Porque el destino puede volver las palabras en nuestra propia contra, así antes de hablar, jurar o lo que sea, hay que pensar lo que estamos apostando, lo que podemos perder, y el revote que puede provocar en nuestra contra.

A fin de cuenta la palabra es el arma más fuerte del ser humano, que sirve para atacar como para defender, pero si hace mucho viento puede actuar de bumerán.

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