La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

sábado, 12 de enero de 2013

Un paso entre la rabia y la razón.

No sé cuándo, ni exactamente cómo. Pero un día aprendí, mejor dicho, confirme, que tras la tempestad, viene la calma. Y tras lo que es una calma, viene una tempestad que aparente ser le ve, pero es el presagio de nubarrones cargados de tormenta, rayos y devastación. 
Aprendí que tras lo que parece ser un mundo perfecto, sin fin, ni final, sin cambios aparentes, sin posibilidades de que caiga en la miseria y en la oscuridad. Incluso en situaciones como esa, todo puede cambiar, con tan solo un chasquido de dedos, un abrir y cerrar de ojos. Con tan solo una palabra dicha pro el destino. ''Fin''. Y ya entonces viene algo peor que la tormenta, viene la oscuridad, empezar de cero, reconstruir los edificios.
De la misma forma, puede ocurrir al revés. Que tras una tempestad difícil, con turbulencias y sin camino de vuelta, salga el sol entre las oscuras nubes. 

Entre los rayos del sol, pueden crearse densas nubes de oscuridad.
De la misma forma que de la más oscura tormenta, puede brotar el más radiante sol.

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