Pero solo os digo, tened los mismos cojones u ovarios que tenéis para hablar de mi a mi espalda, y decidmelo a la cara mirándome a los ojos. Quizás yo reciba un par de verdades, y así las aceptaré, pero vosotros tendréis que soportar el peso del otro lado de la moneda que no queréis ver y que forma parte de la verdad. Así que os invito a poner toodas las cartas sobre la mesa, incluso la que os habéis escondido debajo de la manga.
Veremos quién acaba sufriendo más ostias de la verdad, y quién vuelve con la cabeza alta. Porque es muy fácil pintar de negro los actos de alguien en la realidad, ya que en gran parte es conveniente para uno, pero cuando el blanco de la verdad, puede ser vuestra perdición y oscuridad.
Así que a ello os invito. Sé que son varias los ases en la manga, e incluso oscuros los secretos de vuestros actos, no me chupo el dedo. Pero yo al menos asumo lo que hice y asumo en lo que fallé. Vosotros, há... No podréis decir lo mismo jamás. Porque hasta que no te miras en condiciones en el espejo, no te ves la joroba que tienes. Y si queréis traeros a vuestro ejército de pacotilla, que yo no necesito nada más que la verdad que está de mi lado.
Pero como sé que ni tuvisteis las narices, es obvio que ahora no las tendréis. Pero al menos madurad y cambiad esa actitud de oscuridad. Quizás viviréis un poco mejor. Y si enmendáis vuestras gilipolleces, ya ni os cuento.
¡¡INVITADOS ESTÁIS!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario