La vida son los miseros segundos que deciden la cara o cruz de la moneda que está de canto encima de la mesa.

martes, 22 de enero de 2013

Guerras sin sentido, destrucción sin motivo.

Cuesta creer como poco a poco nos lo vamos cargando todo, incluso aquellos que necesitamos como aquellos que queremos. Erramos y no erradicamos los errores. Son muchos y muy diversos los tipos de errores que el hombre puede cometer, pues cada persona es única y puede cometer un fallo o un error garrafal completamente único y terrorificamente perjudicial, tanto para la propia persona como para todo el mundo. Son muchos los que se pueden ver afectados por nosotros, pues todo es una cadena, una enorme cadena en la que todos estamos conectados con todos. Y cada acto condiciona la posición de los demás.
Pese a esta inmensa decadencia general, hay varias cosas que están por encima, y que por ciegos no somos capaces de ver, o mejor dicho, solo algunos son capaces de verlo como realmente es. Y el mayor error de la humanidad, tiene como consecuencia la peor pérdida posible. Hablo de que poco a poco, o muy rapidamente, las personas nos destruimos mutuamente, constantes guerras que sin sentido alguno, o mejor dicho con un sentido que ni siquiera llega a ser suficiente, estallan atentando contra la integridad de los que la provocaron, de los que respondieron, pero sobre todo de millares de personas ajenas al problema. Y el peor parado, es nuestro planeta.

Ayer como la nieve en la mar
las cosas ya no parecían igual, 
la gente se olvidó de reír 
y al Sol le cuesta tanto salir...

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